
ASOCIACIÓN
ANEMOIA
Quiénes somos
¿Qué es esta sensación de que algo está cambiando?
La asociación Anemoia es la cristalización de un proyecto colectivo de artistas e investigadoras en relación a las profecías y la espera de los anuncios de cambio. El momento justo antes de saber qué está por venir. Nuestro punto de partida fue la residencia artística en la Fundación Épica Fura dels Baus, donde materializamos por primera vez estas ideas en una videoinstalación con ambiente sonoro. El evento, “El Suceso”, centrado en los paisajes del cambio, fue crucial en nuestra experiencia en la coordinación de talentos diversos y ejecución de proyectos artísticos con solidez conceptual y alta calidad estética.
Nuestro método es claro, una investigación teórica guía la exploración artística.
Nuestro compromiso está con la formulación de un espacio de reflexión y creación.
Explora nuestros proyectos en esta web y no dudes en contactarnos para colaboraciones, diálogos o nuevos retos.
Qué hemos hecho
Recientemente dimos una ponencia en Matadero como parte del XVS Center II en la que explorábamos el tiempo de espera y la nostalgia. Tras esto, seguimos trabajando en el asentamiento teórico y práctico de los tiempos proféticos, generando y explorando la ecología de los paisajes arquetípicos. Pero sobre todo, seguimos deambulando en el desierto buscando las señales de un cambio.
Anteriormente, Anemoia plantea “El Suceso” y lo expone en la Fundación Épica en Badalona, Barcelona. Las obras que presentan en esta ocasión desde dicho colectivo introducen el universo de La Hammada, un proyecto que explora la espera y la anticipación del cambio a través de la lente de las nuevas profecías y el colapso virtual. Las obras que presentamos en esta ocasión desde el Colectivo Anemoia, nos introducen en el universo de La Hammada, un proyecto que explora la espera y la anticipación del cambio a través de la lente de las nuevas profecías y el colapso virtual. A primera vista, estas piezas parecen capturar la calma aparente de un desierto rocoso, pero bajo esta superficie silenciosa se esconde una tensión constante, una expectativa de transformación inminente.