Esquizogeografía deambulatoria
Llevo ya un tiempo jugando walkings simulators indies. Me interesan en particular los lenguajes que ofrecen: la vastedad, la abruptez, el paisaje. Cada desarrolladora propone no únicamente una experiencia de juego como tal, sino una visión particular del paisaje. Se propone un lenguaje y un acercamiento al territorio digital, el desarrollo de una epistemología que no sólo ahonda en la cuestión inmaterial del terreno, sino que esta misma es la que propone y formaliza en una totalidad un paisaje.
Es decir, el paisaje digital se presenta como una arquitectura, una construcción de un espacio y sus delimitaciones, el cual será recorrido y experimentado por la jugadora. Dentro de esta cuestión, lo que realmente me interesa es experimentar aquellos rotos. En los que las costuras del mundo están a la vista y el paisaje, si bien en ocasiones se puede plantear con un trabajo de texturas hiperrealistas, es imposible dentro de la naturaleza.
Texturas rotas, falta de coherencia y cohesión, el fin del mundo. El paisaje digital cortado, abrupto presenta una imposibilidad de recorrido-lectura. Las colisiones estropeadas, la falta de fricción de la piedra me hacen imposible subir la duna poligonal. La Hammada se ha convertido en un deambulatorio en el que nunca llego a la palabra, nunca llego al suceso. Sigo recorriéndome el desierto sin ningún rumbo esperando a que pasen cosas pero no acaban por suceder. La esquizogeografía es total, veo montañas que al rodearlas no existen, la textura es unidireccional. La ruptura entre el mapa y mi experiencia se articulan como una estética y una forma de hacer mundo.
Readaptación de la publicación de Instagram publicada en @colectivoanemoia el pasado 24 de julio de 2025.
Escrito por Arturo López Domingo, Presidente de la Asociación Anemoia.
Corregido por Misael Jon Niceto Ordóñez, Vicepresidente de la Asociación Anemoia.
Maquetado y adaptado por Fran García Gómez, Secretario de la Asociación Anemoia.